El Rebollal

Hace casi treinta años mis padres compraron una finca en la Mata (Grado) con una casa a medias de construir y más derruida que en pie; por entonces hacía las veces de cuadra (yo la conocí con vacas dentro). No imaginaba  que ese sería el lugar donde vería crecer a mis hijas al tiempo que lo hacían los árboles frutales plantados por mis padres;  la casa fue cogiendo forma haciéndose hogar y punto de encuentro de familia, amigos, novios, celebraciones…  cualquier disculpa era buena para sacar unas sidras y unos quesos.
Hemos alimentado camadas de gatos, que con la construcción de la autovía fueron desapareciendo, al igual que se fueron yendo algunas de las personas que formaban parte importante de esos momentos.
Aunque tengo fotos de todas las épocas vividas en El Rebollal, ya que siempre hice montones de fotos-recuerdo, en 2006 coincidiendo con mis primeros pasos en fotografía, comencé a consumir carretes que después saboreaba en el cuarto oscuro.
Ahora, en esta época de añoranzas, me he puesto a escanear esos primeros negativos, que para mi tienen un valor sentimental y a la vez hacen darme cuenta de mi mirada y mis preferencias.